martes, 20 de octubre de 2009

La Autodefensa no es un Crimen de Guerra




Coronel Richard Kemp.
Discurso pronunciado por el Coronel Richard Kemp, 16 de Octubre de 2009. Consejo de Derechos Humanos: 12ª Sesión Especial

Gracias, Sr. Presidente.

Soy el anterior comandante de las fuerzas Británicas en Afganistán. Hice servicio en la OTAN y en las Naciones Unidas; comandé tropas en Irlanda del Norte, Bosnia y Macedonia, y participé en la Guerra del Golfo. Desde la invasión de 2003, pasé un tiempo considerable en Iraq, y trabajé sobre terrorismo internacional para el Comité Conjunto de Inteligencia del Gobierno de UK.

Sr. Presidente, basado en mi conocimiento y experiencia, puedo decir esto: Durante la Operación Plomo Fundido, las FDI hicieron más para salvaguardar los derechos de los civiles en zona de combate que cualquier otro ejército en la historia de las guerras.Israel lo hizo así, al mismo tiempo que enfrentaba a un enemigo que, deliberadamente, posicionaba su capacidad militar detrás del escudo humano de la población civil.

Hamas, del mismo modo que Hisballah, son expertos en conducir la agenda de los medios de comunicación. Ambos tendrán siempre gente lista para dar entrevistas condenando a las fuerzas israelíes por crímenes de guerra. Son expertos en montar y distorsionar los incidentes.
Las FDI enfrentan un desafío que nosotros, los británicos, no tenemos que enfrentar en el mismo grado. Es la automática y pavloviana presunción, por parte de muchos de los medios de comunicación internacionales y por los grupos de derechos humanos internacionales, que las FDI están en lo malo, que abusan de los derechos humanos.

La verdad es que las FDI tomaron medidas extraordinarias para avisar a los civiles de Gaza respecto de las áreas a atacar, lanzando 2 millones de volantes y efectuando más de 100.000 llamados telefónicos. Muchas misiones, que podrían haberle quitado a Hamas su capacidad militar, fueron abortadas para evitar bajas civiles. Durante el conflicto, las FDI permitieron entrar a Gaza enormes cantidades de ayuda humanitaria. Entregar ayuda, virtualmente a manos de vuestro enemigo, normalmente es, para el estratega militar, completamente impensable.

Pero las FDI tomaron esos riesgos. Por supuesto que, a pesar de todo esto, murieron civiles inocentes. La guerra es caótica y plena de errores. En Afganistán e Iraq ha habido errores por parte de los británicos, estadounidenses y otras fuerzas, muchos de los cuales pueden ser atribuidos a errores humanos. Pero los errores no son crímenes de guerra.
Por sobre todo, las bajas civiles fueron una consecuencia del modo de combate de Hamas. Hamas trató de sacrificar, deliberadamente, a sus propios civiles.

Sr. Presidente, Israel no tuvo otra alternativa que la de defender a su pueblo, de frenar a Hamas en su ataque con cohetes.Y lo digo nuevamente: las FDI hicieron más para salvaguardar los derechos de los civiles en una zona de combate, que cualquier otro ejército en la historia de las guerras.

Gracias, Sr. Presidente



lunes, 5 de octubre de 2009

Entre la bomba iraní y nosotros




Cada vez cobran más fuerza las palabras de Sharon ante una UE del todo rendida y condescendiente con las organizaciones terroristas palestinas, y cuando Israel estaba recibiendo el zarpazo del terrorismo que desatara por última vez Arafat, y a la vez que la continua demoniazación y sistemática condena de Europa sólo iba dirigida contra Israel, "ojala llegue el dia en que Israel ayude a los europeos como ustedes nos han ayudado a nosotros" , con lo que el significado de las palabras de Sharon es "un día ustedes tendrán que enfrentar esta clase de terrorismo, y lo harán solos".

En el siguiente artículo, GEES llega a una conclusión inquietante, o debería ser inquietante para los adormecidos europeos, ¿creen que Europa despertará a tiempo? La historia nos dice que no.

A tenor de lo alcanzado en las conversaciones con los iraníes la semana pasada en Ginebra, sólo cabe afirmar una cosa: entre la bomba iraní y nosotros, lo único que se puede interponer es Israel. Los demás hemos caído, una vaz más, en el ensueño de que hablando con los dictadores de Teherán acabaremos por obtener concesiones por su parte y que pongan fin a su programa atómico. Conviene recordar algunas cosas básicas para poder entender esta reunión de Ginebra como otro fracaso y no, como nos lo han querido vender, como el inicio de una productiva relación. En primer lugar, hay que tener claro que se trata de una enésima reunión, no de la primera. Cierto, los americanos se han sentado oficialmente esta vez con los negociadores de Irán, pero eso es algo que los europeos vienen haciendo desde 2002 sin resultado alguno.

Es más, de una forma o de otra Washington ha estado emitiendo y recibiendo mensajes en los últimos años, sin que ello tampoco surtiera efecto. La estrategia negociadora iraní ha sido simple y lo sigue siendo: ganar tiempo. Ahora tampoco es distinto. En segundo lugar, hay que tener claro que la aceptación iraní de que cuentan con una planta de enriquecimiento cerca de la ciudad de Qom, no se ha producido por voluntad propia. Al igual que con la de Natanz en 2002, reconocen lo que ha sido expuesto por claras evidencias en las manos de los servicios de inteligencia occidentales. Este reconocimiento –y la obligada aceptación de que El Baradei y sus inspectores visiten esta instalación– lo que subraya no es la voluntad de cooperación, si no la continuada política de ocultación.

De no ser por el espionaje y los satélites, los iraníes nunca habrían dicho nada. Es más, lo que la planta de enriquecimiento de Qom pone de manifiesto es que debe de haber más como esa. Demasiado pequeña para los propósitos declarados, sólo cobra sentido en un auténtico archipiélago de instalaciones similares que, juntas, sí pueden producir lo que los iraníes dicen que querían conseguir con ella. Mientras no aclaren esto, su buena voluntad no deja de ser otra maniobra de despiste. Cuarto, la ahora presunta aceptación de que Irán acepta enviar al extranjero parte de su uranio pobremente enriquecido para elevar el grado de enriquecimiento –algo que ya rechazaron hace años, dicho sea paso y que se conoció entonces como la opción rusa– es más problemático que positivo.

Si los rusos y occidentales reprocesan el uranio iraní hasta el 19% de enriquecimiento desde el 4 0 5% que ellos producen en la actualidad, les estaríamos haciendo un gran favor, no una disminución en su programa atómico. El uranio al 19% puede ser transformado al 95% en apenas tres meses en una planta como la de Qom, ahora descubierta. Si hay más repartidas por el país, como se sospecha, les estaríamos adelantando su bomba, no impidiéndosela. A los iraníes les sería más que fácil camuflar parte del uranio y procesarlo para sus fines militares.

Si de verdad se quiere acabar con la amenaza iraní, lo único que se puede hacer es apoyar a la oposición contra el régimen de Ahmadinejad. De no hacerlo, lo único que puede parar su bomba es Israel. Pero esa es una carga demasiado pesada para un país al que se demoniza continua e injustamente. Máxime cuando puede ser el único que nos salve.


Autor: GEES, Grupo de Estudios Estratégicos.
Fuente: Libertad Digital