jueves, 27 de agosto de 2009

Israel no es el problema






Ceder ahora sólo aumentará la inestabilidad en la zona y la inseguridad de la única democracia en Oriente Medio. Israel no debe aceptar que Estados Unidos lo utilice como moneda de cambio en una estrategia condenada al fracaso.

El presidente Obama y su Administración no se engañan sobre el reto que el islam plantea hoy a la estabilidad global ni sobre la dificultad de resolver alguno de los frentes abiertos, como Irak, Irán o Afganistán. Están convencidos de que la política seguida por Bush fue un error y tratan, con mejor o peor éxito, de establecer una nueva.

Los obamitas tienen una gran fe en la comunicación y en la fuerza de voluntad. A diferencia de los clintonitas son idealistas en su visión de la política exterior. Su punto de partida fue ¡cómo no! un discurso, que indudablemente es lo que mejor saben hacer. Con todas sus contradicciones y ambigüedades, las palabras de Obama ante la comunidad académica de El Cairo intentaron ser un punto de partida para establecer un nuevo entendimiento con el islam en general y el Mundo Árabe en particular. Para los musulmanes el discurso fue una rectificación de la política norteamericana y eso les parece muy bien.

Para una sociedad que ha crecido en la idea de que la responsabilidad de sus problemas es siempre de los demás el que un presidente norteamericano se desplace hasta Egipto para entonar un mea culpa es un gesto apropiado. Pero no sólo de palabras vive el hombre. Es tiempo de obras, de demostrar con actos la buena disposición de la nueva Administración norteamericana.Obama quiere contar con el bloque árabe para gestionar los tres frentes territoriales abiertos –Irak, Irán y Afganistán– así como el problema general del terrorismo yihadista y para eso tiene que demostrar su buena disposición allí donde los intereses de las partes chocan abiertamente: Palestina.

Obama ha pedido a Netanyahu que congele las construcciones en los asentamientos.
El hecho es en sí enormemente sintomático. Hasta la fecha la diplomacia occidental se había concentrado en lograr concesiones paritarias. Clinton intentó un acuerdo total y fracasó. Bush, desde la experiencia de su predecesor, optó por una aproximación por etapas, en las que las mutuas concesiones debían general confianza y facilitar nuevos avances. También fracasó.

Ahora Obama opta por un nuevo enfoque: primero debe ceder Israel y luego ya veremos.
La nueva filosofía parte de dos ideas importantes: que el problema es Israel y que la cuestión palestina es instrumental.Naciones Unidas ofreció a judíos y musulmanes la posibilidad de disponer de un Estado en la Palestina Occidental o Cisjordania al mismo tiempo.
Unos lo aceptaron y los otros no. Desde entonces Israel ha sufrido seis guerras, dos intifadas y una actividad terrorista constante, todo ello por ejercer el derecho a ser un Estado democrático. El que los palestinos vivan en peores condiciones que los israelíes es responsabilidad propia, la consecuencia de errores, de "no perder la oportunidad de perder una oportunidad" en célebre frase de Abba Eban. Su rechazo a la creación de Israel, su intento de aniquilar el nuevo Estado por la fuerza, la falta de grandeza de Arafat en Camp David, el desprecio de sus dirigentes por su propio pueblo al que utilizan como moneda de cambio, el absurdo mantenimiento de campos de refugiados en Estados árabes... todo ello ha abocado a la presente situación.

Ante ello Obama rompe el principio de paridad y no sólo no se ocupa de la víctima sino que presiona sobre ella para que dé el primer paso. Israel es presentado a la comunidad internacional como el obstáculo que impide avanzar hacia la paz, cuando la realidad es exactamente la contraria.El gesto de Obama es racional, aunque profundamente inmoral. Israel es más vulnerable a su presión que Arabia Saudí y, sobre todo, ya cuenta con su alianza. El gobierno de Jerusalén necesita de la ayuda que le suministra la Administración de Washington para sobrevivir. A corto plazo la amenaza iraní es capital y sólo Estados Unidos está en condiciones de hacerla desaparecer o de fortalecer la capacidad defensiva del estado judío.
La dependencia israelí de la ayuda norteamericana le hace potencial objeto de abusos.

La "congelación" de los asentamientos en Cisjordania es un gesto que esconde la gravedad de la situación. El problema que bloquea hoy el proceso de paz no es la posición de firmeza del gobierno Netanyahu sobre este tema sino dos hechos evidentes a todo el mundo: la falta de autoridad del gobierno palestino para participar en una negociación definitiva y el rechazo a aceptar la existencia de Israel por parte de Hamás. Una vez más la pelota está en el campo palestino, pero ahora la situación es mucho más complicada que en los días de Arafat ante la fractura provocada por el auge del islamismo.

No hay una posición palestina. ¿De qué valdrían los gestos de Netanyahu? Sólo para facilitar los intereses de la Administración Obama en la región y ésta sí es la clave de los movimientos diplomáticos a los que estamos asistiendo.Donde la racionalidad norteamericana no se hace tan evidente es en el plano estratégico. El Mundo Árabe es cualquier cosa menos un bloque, por lo tanto hay que ser muy escéptico a la hora de buscar su colaboración. El hecho determinante de la situación actual es el descrédito de los llamados gobernantes moderados y el auge del islamismo. Los radicales crecen por el desprestigio de sus rivales, pero también porque cuentan con ayudas importantes.

Los Hermanos Musulmanes reciben fondos de Arabia Saudí con los que desarrollan su actividad. El gobierno egipcio ha iniciado una nueva campaña para perseguirlos y debilitarlos. El director de los servicios de inteligencia marroquíes, Yassine Mansouri, ha reconocido públicamente que la estabilidad de su país está amenazada por Arabia Saudí e Irán, a través de la acción de los wahabitas y de Hizboláh, los mismos que están detrás de Hamás en Palestina.

A pesar de todo ello, Washington trata de calmar al gobierno de Israel explicándole que las concesiones que se le solicitan facilitarán la consecución de un objetivo esencial para su seguridad, el buen entendimiento con sus vecinos árabes. Pero, ¿hay alguien en Israel capaz de creer algo así? Cualquiera sabe que Egipto o Jordania pueden convertirse en estados islamistas en cualquier momento, que acuerdos supuestamente estratégicos pueden trasformarse en humo en muy poco tiempo. Por otro lado, ¿de qué valen esos acuerdos si Hamás sigue recibiendo ayuda y bloqueando el proceso negociador? La paz en la región pasa por combatir el radicalismo y fortalecer las instituciones representativas y los procesos de modernización.

Obama ha optado por el atajo de facilitar el diálogo, pero no es bueno confundir medios con fines. Está muy bien hablar francamente con Arabia Saudí de los problemas regionales, pero mientras la Casa de Saud continúe facilitando la llegada de fondos ingentes a formaciones radicales a lo largo y ancho del planeta sólo se estará perdiendo el tiempo. Arabia Saudí no es parte de la solución sino del problema palestino, pero cuando las prioridades son otras, cuando se quiere contar con Riad para tratar de resolver otros problemas este hecho deja de ser determinante.

Las presiones norteamericanas sobre Israel, tal y como han sido planteadas, son un ejemplo de apaciguamiento ante el Mundo Árabe que el gobierno de Jerusalén debe rechazar de plano. No se trata ahora de resolver si el crecimiento de determinados asentamientos es correcto, legítimo o legal. Por mi parte no he tenido nunca duda en afirmar que la creación de asentamientos ha sido el error más grave que ha cometido el estado de Israel a lo largo de su corta historia.
Pero ceder ahora sólo aumentará la inestabilidad en la zona y la inseguridad de la única democracia en Oriente Medio.

Israel no debe aceptar que Estados Unidos lo utilice como moneda de cambio en una estrategia condenada al fracaso. Sharon le tuvo que recordar en cierta ocasión a Bush que Israel no era Checoslovaquia. La situación debió ser violenta, pero el tiempo demostró que aquél comentario era oportuno.

Autor: Florentino Portero
Fuente: http://www.libertaddigital.com/

Nota: El autor autoriza a todo aquel que quiera hacerlo, incluidas las empresas de press-clipping, a reproducir este artículo, con la condición de que se cite a Libertad Digital como sitio original de publicación. Además, niega a la FAPE o cualquier otra entidad la autoridad para cobrar a las citadas compañías o cualquier otra persona o entidad por dichas reproducciones.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El virus del antisemitismo




A mediados del siglo XIV la peste negra asoló Europa, millones de seres humanos murieron a causa de una horrible enfermedad que se extendió por todos los estados y ciudades de la Europa medieval. A pesar de que quedó documentalmente demostrado que la introdujeron unos mercaderes venecianos (y cristianos) que recien llegaban de la India, el virus del antisemitismo y del odio al pueblo judío se encargó de camuflar la verdad y con la peste, se extendió también otra peste, en este caso sinónimo de estupidez, la del antisemitismo.

Han pasado siglos y ya deberíamos tener por cierto que ningún virus reiste una buena vacuna excepto el virus del antisemitismo, ¿por qué? porque a diferencia de otros virus, el del antisemitismo echa raices en el individuo y como en la película de "la invasión de los ultra cuerpos" anula a la persona, la destruye y en su lugar surge el odio.
El odio es una enfermedad mental, no lo duden. Una disfunción de la química del cerebro como la que similarmente (en teoría) podría afectar a personas con transtorno bipolar.
El día que la ciencia haya encontrado un antidoto para el odio, los malditos que hacen del odio su única motivación existencial desaparecerán de la tierra y con ellos los antisemitas.

Alberto Kotlik desde Israel nos manda esta noticia:

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Cuando la gente se olvide de esta noticia aparecera una cosa que diga que los judios son los responsables de las tormentas que azotan a espana y taiwan.

Las acusaciones contra los judíos por la gripe porcina llegó tal como era esperado. Una periodista holandesa culpó a los judíos de ser los causantes de la gripe porcina según informa el periódico Haaretz.

Las declaraciones de Désirée Röver de 61 años fueron reproducidas por el periódico holandés De Telegraf donde dice que la pandemia llamada H5N1 que ocupa los mayores titulares del mundo fue causada por una conspiración judía mundial.
Röver dice que la conspiración se remonta a los Kazares que se convirtieron al judaísmo en Rusia y que “ahora están rezando a otro D’s: Lucifer, Satan o como quieras llamarlo.
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Bueno no hay que esperar tanto a la afirmación con la que inicia la noticia, apenas dos semanas después del tsunami que arraso las costas de Indonesia en diciembre del 2004, los ayatolas de todo el mundo islámico en general, y los líderes musulmanes palestinos en particular no perdieron el tiempo y acusaron a Israel y al pueblo judío de ser los causantes de toda desgracia y catástrofe que sacude el planeta, en especial, el tsunami del 26 de diciembre del 2004.

De locos , obviamente, pero basta con que mil millones de palurdos ignorantes se lo crean para, ahora sí, provocar una catástrofe humana de desastrosas proporciones. Buscan destruir no solo al estado de Israel, sino hacer desaparecer de la faz de la tierra a todo el pueblo judío.
No olvideis esto quienes creeis que todo se arregla con diálogo y buenas palabras.

Como dice un viejo refrán árabe: "Quien no comprende una mirada, no comprenderá una larga explicación" y quienes nos odian nos miran muy mal desde hace centurias.

Evidentemente no hay ninguna mano judía detras del virus de la gripe A, como no la hubo detrás de la peste negra, ni detrás de cualquiera que haya sido o sea la catástrofe natural que arrase la tierra. Pero los enemigos de Israel no escatimarán esfuerzos en convencer e infectar con el virus del antisemitismo a toda aquella persona que les preste oídos.

Para tapar la boca de todos estos enfermos mentales irrecuperables para la humanidad solo habría que llevarlos a los tribunales y que allí presenten las pruebas y si no lo hacen, entonces que se pasen el resto de sus miserables vidas plantando árboles en el Neguev.

Rafael T.Perez
12 Agosto 2009
http://www.kolisraelorg.net/