domingo, 24 de julio de 2011

Hipocresía europea..y el misterioso resurgir de Warlock




Nada que ya no deberíamos saber por experiencia propia. Europa se tambalea frente a un atentado terrorista, se tambalea si, pero demuestra estar unida cuando es golpeada por un poder externo, aunque en esta ocasión esa poder, añadamos más bien "ese poder oscuro", les ha venido desde dentro.

¿Alguna vez hemos visto a todas las fuerzas políticas, europeas en general pero muy particularmente a las españolas, unirse para condenar un atentado cometido por cualquiera de las organizaciones terroristas islámicas que continuamente atacan a Israel? No se esfuercen en buscar datos en la hemeroteca internacional, no van a encontrarlos. La última vez que vimos al conjunto de naciones occidentales tan unidas por la tragedia fue en el criminal atentado contra las Twin Towers el 11 de septiembre de 2001. Si hablamos de "unidad" en las condenas, frente a los continuos atentados sufridos por el Estado de Israel el más absoluto silencio, tan solo protestas aisladas cuando no directamente la condena a la española, la que suele ejercer siempre la izquierda cuando no quiere quedar como "anti-israeli" que es condenar sin dar nombres ni apuntar a organizaciones y condenar, sí, "cualquier acto terrorista venga de donde venga" no hay que analizar demasiado el sentido de estas "condenas".

Sin embargo en el trágico doble atentado perpetrado contra la pacífica Noruega, todas las naciones, y todas las fuerzas políticas se han manifestado unidas frente al terror. Por ejemplo hemos escuchado hablar a la hipocresía a través de la voz de un partido socialista, todavía en el poder en España, hablar de libertad, de democracia, de combatir el terrorismo y todas esas cosas que se suelen decir en momentos como estos, a un señor que en España es el nuevo Mr. X de un entramado vergonzoso, como lo es el del famoso "chivatazo" a unos terroristas para que huyeran cuando iban a ser detenidos por las fuerzas del orden.

Y a una Izquierda Unida condenar este vil atentado de la froma más tajante, añadiendo eso si su ya conocida consigna de "condena al terrorismo venga de donde venga"
En Europa han sacado pecho, cosa rara ¿será por qué el terrorista es, como han dicho los medios "un lobo solitario" y es un lobo solitario cristiano? No sacan tanto pecho cuando ese lobo, aun cuando sea solitario, sea un lobo musulman.

Lo dicho, hipocresia. Y ahora viene el misterio. Obviamente un misterio que no es tal dado que nada tiene que ver el actor con el otro individuo.
No obstante; Una antigua tradición cristiana serviría como base para crear el argumento de la película de 1989 "Warlock" el brujo. ¿Qué tiene que ver esta película con la tragedia de Noruega? Tal vez nada o tal vez algunos puntos de conexión cuando menos curiosos, el primero es soprendente y con él les dejamos. Observen bien las imágenes, uno es el protagonista de aquella película, el otro el terrorista de Oslo y Utoya...


Rafael T.Perez
Kolisraelorg
24 de julio de 2011

martes, 19 de julio de 2011

lunes, 18 de julio de 2011

No se robó Palestina; se compró Israel




Los sionistas se robaron la tierra palestina: éste el mantra que tanto la Autoridad Palestina como Hamás enseñan a los niños y difunden en sus medios de comunicación. Se trata de un punto de partida de enorme trascendencia.


"Presentar la creación del Estado como un acto de latrocinio y su persistencia como una injusticia histórica constituye la base central del no reconocimiento por parte de la Autoridad Palestina del derecho de Israel a existir", puede leerse en Palestinian Media Watch. Por lo demás, semejante
acusación mina la posición internacional de Israel.


¿Es cierto el mantra de marras? No, no lo es. Irónicamente, la construcción de Israel ha sido uno de los procesos migratorios y de nation building más pacíficos de la historia. Comprender el porqué de tal fenómeno exige considerar al sionismo en su contexto. La norma histórica es la conquista, así de simple. Casi todos los Estados se han creado a expensas de otros. Nadie retiene siempre el control, las raíces de cada cual siempre están en otra parte.

Las tribus germánicas, las hordas de Asia Central, los zares rusos y los conquistadores españoles y portugueses rehicieron el mapa del mundo. Los griegos de hoy en día no tienen sino una tenue conexión con los de la Antigüedad. ¿Quién puede contar el número de veces que Bélgica ha sido invadida? Los Estados Unidos llegaron a ser luego de derrotar a los nativos americanos, y los arios invadieron la India.

Debido a su importancia y posición geográfica, Oriente Medio ha experimentado numerosísimas invasiones; por parte de los griegos, los romanos, los árabes, los cruzados, los seléucidas, timúridas, los mongoles, los europeos modernos. Por otra parte, los conflictos dinásticos hacían que un mismo territorio –Egipto, por ejemplo– fuera conquistado una y otra vez.

El territorio del actual Israel no es ninguna excepción. En Jerusalén sitiada, Eric H. Cline escribe: "Por ninguna otra ciudad se ha combatido más implacablemente a lo largo de la historia".
El propio Cline enumera 118 conflictos en y por Jerusalén en los últimos 4.000 años; habría sido destruida por completo al menos en dos ocasiones, asediada en 23 ocasiones, tomada en 44 ocasiones, atacada en 52 ocasiones.

La Autoridad Palestina fantasea con que los palestinos descienden de una tribu de la antigua Canaán, concretamente de la de los jebuseos; en realidad, en su mayor parte descienden de
invasores e inmigrantes en busca de oportunidades económicas.
Frente a este legado de conquistas y violencias incesantes, los esfuerzos sionistas por asentarse en Tierra Santa sorprenden por su benignidad, fueron más de tipo mercantil que militar.
Dos grandes imperios, el otomano y el británico, gobernaron sucesivamente por aquel entonces Eretz Israel. Los sionistas no tenían fuerza militar, así que no podían conseguir un Estado por medio de la conquista.

Lo que hicieron fue comprar suelo. La adquisición de tierras, dunam a dunam, granja por granja, casa por casa, está en la base de la empresa sionista hasta 1948. El

Fondo Nacional Judío
, creado en 1901 para comprar tierras en Palestina "a fin de colaborar en la fundación de una nueva comunidad de judíos libres, partícipes de una industria pacífica
y activa", era la principal institución sionista, y no la Haganá, la organización clandestina de defensa, fundada en 1920.
Los sionistas se volcaron en la recuperación de un suelo estéril, que se consideraba imposible de cultivar. No sólo hicieron florecer el desierto, sino que drenaron pantanos, limpiaron canales,
reforestaron colinas y desalaron el terreno. Sus labores de potabilización del agua y recuperación del suelo redujeron de forma notable la cifra de muertes causadas por enfermedades como
la malaria.

Sólo cuando, en 1948, los británicos cedieron el poder y los Estados árabes trataron de machacar y expulsar a los sionistas recurrieron éstos a las armas y consiguieron nuevos territorios manu militari. Pero incluso en esas circunstancias, tal y como demuestra el historiador Efraim Karsh en Palestina traicionada, la mayoría de los árabes abandonaron sus tierras de forma voluntaria; muy pocos fueron expulsados.

Esta historia contradice frontalmente la versión palestina de "bandas de maleantes sionistas que
se robaron Palestina y expulsaron a su población", lo que provocó una catástrofe "sin precedentes en la historia", según puede leerse en un manual escolar palestino; los sionistas
"saquearon el territorio palestino (...) y crearon su Estado sobre las ruinas del pueblo árabe palestino", ha escrito un columnista en el diario de la Autoridad Palestina. Estas falsedades se repiten con frecuencia en organismos, periódicos y universidades de todo el mundo.

Los israelíes deberían ir con la cabeza bien alta e incidir en que la construcción de su país tuvo por soporte el movimiento popular menos violento y más pacífico de la historia. No hubo bandas de maleantes robándose Palestina, sino comerciantes comprando Israel tierra a tierra.

Autor: Daniel Pipes
Fuente: Libertad Digital

Con banderas de Israel





Hablaba yo la otra noche con un amigo israelí de cosas regulares tirando a malas; y en un momento dado mi amigo israelí, por ver de espantar la murria, orgulloso me comentó con sorpresa, regocijado: "Celebraron la independencia con banderas de Israel, querido..."

Me hablaba de sudaneses del sur en su día grande, 9 de julio de 2011, Día de la Independencia de su patria, que desde entonces ya no forma parte del Sudán árabe, musulmán, genocida de negros cristianos o animistas (¡o musulmanes!). Estaban en su capital, Juba, bailando y cantando, exhibiendo junto a su bandera las de Israel y los Estados Unidos de América.

He dicho que mi amigo se sorpendió y he dicho bien pero Edwin no tenía motivos, fuera de los
estrictamente sentimentales que te llevan a exclamar "¡No me lo puedo creer!" cuando las cosas salen como debieran: había razones de sobra para que aquellos chicos enseñaran esa bandera
israelí que a todas luces hasta unos minutos antes había ejercido de sábana, o acaso era mero pedazo de tela blanca.

Porque Israel siempre ha estado junto a los machacadísimos sudaneses del sur. Durante la eterna guerra (1955-72, 1983-2005) que libró con el Norte arabo-musulmán, y que se estima causó la muerte de dos millones de personas y el desplazamiento de otros cuatro millones, el Sur contó con el apoyo de Jerusalén; al punto de que, tras su fulgurante victoria en la Guerra de los
Seis Días, y según relataba hace unos meses Oren Kessler en el Jerusalem Post, el Tsahal envió a sus amigos sursudaneses parte del arsenal capturado a los múltiples enemigos árabes.

"We love Israel people", declaró recientemente Elia Dimo, uno de los fundadores del Ejército de Sudán del Sur, a la televisora israelí Channel 10. "Por lo que a nosotros respecta, Israel es un país amigo, y nosotros amamos al pueblo de Israel. Pensamos que son el pueblo elegido y rezamos por ellos. Los queremos, y queremos tener una relación muy estrecha con ellos".

Ya en octubre, el ministro sursudanés de Información, Barnaba Marial Benjamin, adelantaba que el 193º Estado miembro de la ONU no tenía enemigos y que estaba dispuesto a establecer relaciones con cualquier país, empezando por ese que no es un país cualquiera: "Varios países árabes tienen relaciones diplomáticas con Israel, ¿por qué nosotros no?", se preguntó, pensando precisamente en aquellos que no decían ni mu cuando el arabísimo presidente del Sudán, Omar al Bashir, desataba verdaderas campañas de exterminio en Sudán del Sur (y en
Darfur) pero con todo el cuajo se permitían el año pasado vigilar los primeros pasos del recién nacido... ¡antes de que los diera!

Con menos mano, el presidente del nuevo país se sacudió la presión en diciembre aclarando o clamando: "Israel sólo es enemigo de los palestinos, no un enemigo del Sur". Luego se lo pensó mejor, o le presionaron más aún, negó que su Gabinete tuviera lazos con Jerusalén y dijo "entender" la "sensiblidad" que hacia este asunto muestran los regímenes árabes, tan sensibles ellos con su propia gente, en Trípoli como en El Cairo, en Damasco y en Rabat, en Riad o en Saná...

Decíamos que el 9 festejaron en Juba con banderas de Israel y su país.
Otro tanto hicieron al día siguiente dos o trescientos sursudaneses en Tel Aviv. (¿Por qué el 10? Por deferencia a sus anfitriones: incluso en la laiquísima TA quisieron respetar el shabbat). Se reunieron en el edificio Panorama, bailaron, cantaron, rieron, se acordaron de sus vivos y sus
muertos, sintieron nostalgia, previeron:

"Nuestros padres nacieron con la guerra, nosotros nacimos con la guerra", dice Simon Laderk, que contribuyó a la coordinación del encuentro [y que estudia Arqueología en Netanya].
"Pero ahora va a haber un cambio. (...) Espero que mi Gobierno tenga éxito.
Necesitamos volver y apoyar a nuestro país".

En Israel hay unos 8.000 sudaneses, la mitad de los cuales procede del Sur ahora independiente. Gozan de protección por parte del Estado israelí –que, dicho sea de paso, no tiene relaciones con el régimen de Omar al Bashir, sobre el que pesa una orden de detención cursada por el Tribunal Penal Internacional, que le acusa de crímenes de guerra; Jerusalén, por su parte, denuncia su complicidad con la organización terrorista Hamás–, y cuentan con la asistencia de ONG como Operation Blessing, que ya ha ayudado a más de 600 a volver a su tierra, en la que ya está trabajando IsraAID, The Israel Forum for International Humanitarian Aid; con un
proyecto de largo aliento, según se desprende de estas palabras de su fundador y director, Shachar Zahavi:

Israel, un país pequeño y relativamente nuevo, ha adquirido experiencia en cuestiones como la gestión del agua, la agricultura, el tratamiento del síndrome de estrés postraumático, la educación o la inmigración, una experiencia que podría ser valiosa para la gente de Sudán del Sur, que se dispone a construir su propia nación.
Nuestro objetivo, coherente con los valores judíos, es tender la mano a nuestros nuevos amigos en todo aquello en que podamos serles útiles.

También quiere ayudar, de la mejor manera posible, o sea, posibilitando que Sudán del Sur se abra al mundo de los negocios y que el mundo de los negocios se abra a Sudán del Sur, Meir
Greiver, dueño de la South Sudan Development Company: "Es muy simple: el país está abierto y preparado para ser levantado desde los cimientos. El Norte jamás invirtió en el Sur, no lo
desarrolló, y ahora hay mucho que hacer ahí
", dice el veterano (73 años) emprendedor, que trabajó durante 22 años en Sudáfrica.

Pueden dar idea del maltrato que infligía Jartum al territorio estos pocos datos: Sudán del Sur, con sus 644.329 kilómetros cuadrados (más que España y Portugal) y sus 8,2 millones de habitantes, tiene sólo 2 aeropuertos de pistas asfaltadas (Sudán –1.861.484 km2, 37 millones de habitantes–, 19), sólo 60 kilómetros de carreteras asfaltadas (Sudán, 4.320) y sólo 236 kilómetros de vías ferreas –en pésimo estado­­– (Sudán, 5.978 –y mucho mejor conservados–).

Pero volvamos a Greiver, que es cualquier cosa menos pesimista:

[Sudán del Sur] tiene una gran cantidad de petróleo y otros recursos naturales que están esperando a ser utilizados y que ayudarán al país a salir adelante (...) El potencial para hacer dinero en diferentes campos es enorme. Tienen oro, uranio. Hay quien dice que tienen incluso algo de aluminio. Sin la menor duda, es un lugar donde se pueden hacer muchas cosas.


Y encima –incita Greiver a sus compatriotas– son muy proisraelíes, "no sólo por su creencia religiosa de que somos el pueblo elegido, sino porque Israel les ayudó en los años 60 y 70".

Y cuando el periodista por fin le mienta el topicazo tóxico que opone ayudar al hambriento con enseñarle a que se haga la comida (y en el entretanto se la vendes, a cambio de lo que sea,
incluso de su desempeño como pinche), Greiver le da una lección de vida:

Mire, yo no hago esto sólo por cumplir con unos muy nobles propósitos, también quiero ganar dinero. Pero no se trata de explotar a nadie, sino de dar y tomar. De cooperar. De servir a y servirse de los demás. El mercado era, es y será esto, siempre que se lo deje, que se deje a la gente de carne y hueso que lo integra, estar. Para el cierre recurriré de nuevo a Laderk, que celebró el advenimiento de la independencia de su país en su segunda patria, ese Israel vilipendiado como Estado canalla por la chusma flotillera y su cáfila de semejantes atorrantes:

En el mundo, mucha gente odia a Israel. Nosotros no. Nosotros amamos a Israel. Y quiero que su gente y su Gobierno unan sus manos y ayuden al pueblo sudanés.

Autor: Mario Noya. Jefe de Suplementos de Libertad Digital
Fuente: Libertad Digital

jueves, 14 de julio de 2011

Israeli researchers identify protein that may slow down pancreatic cancer




Study indicates the naturally occurring hormone klotho may be effective in future treatment of pancreatic cancer; researchers' next goal to reduce side effects.

Israeli researchers have discovered a protein that seems to prevent the growth of pancreatic cancer.
The protein could potentially be effective against other aggressive cancers as well.

Researchers from the Cancer Research Center at Sheba Medical Center in Tel Hashomer studied the behavior of the protein klotho, a natural hormone emitted by the brain and kidneys that is known to retard the aging process. (The protein is named after the Greek mythological fate that spun thread to keep a person alive. )

A study done by Sheba in 2008 found that when injected into laboratory cultures of breast cancer cells, klotho prevented them from multiplying.

Later, researchers discovered that mutations of this protein greatly increase the risk of women developing breast cancer: Women carrying the BRCA1 or BRCA2 mutation have a 50 to 85 percent chance of developing breast cancer, while the rate in the general population is only 11 percent.

The current study for the first time examined whether klotho could be used to treat cancer in mice.

The mice used had pancreatic cancer, which is considered a particularly aggressive cancer that spreads rapidly: The average life expectancy of someone with advanced pancreatic cancer is only six months, and there are no effective treatments.

The researchers first noticed that healthy pancreatic cells contained klotho, whereas cancerous cells did not.

That means that testing pancreatic cells for klotho could provide an early indication of the presence of the cancer.

They then injected the cancerous mice with klotho, and discovered that it not only prevented the cancer from spreading, but actually caused it to shrink.

"Within a week or two after the protein was injected, the [cancerous] growths stopped spreading and began to shrink," said Dr. Ido Wolf, the lead researcher on the study, who heads both Sheba's oncology department and one of the labs at the Cancer Research Center. Dr. Lilach Abramovitz and Dr. Tami Rubinek were also on the research team.

The results of the study, which was funded by the Israel Cancer Association, are due to be published soon in the journal "Clinical Cancer Research."

The researchers' next goal is to search for ways to reduce the side effects. "This protein is vital for controlling the level of calcium and phosphorus in the body, and administering the protein is like administering any other hormone: It has the side effect of increasing hormonal activity," Wolf explained.

The researchers are also looking into cooperating with commercial firms to advance the project.

The Israeli study follows recent findings by researchers elsewhere about klotho's role in preventing the spread of liver and cervical cancer.

That hormones play some role in the growth of cancer cells has been known for some time.

"There is a known connection between cancer and diabetes, [a disease] that involves unusual hormonal activity, and the current research provides an additional source for examining the connection between hormones and cancer," Wolf said.

A study by the Maccabi health maintenance organization published in April 2010 found that diabetes raises the risk of women developing some form of cancer by 25 percent, and raises the risk of their developing pancreatic cancer specifically by 89 percent.

On average, 610 Israelis are diagnosed with pancreatic cancer every year.

This form of cancer accounts for eight out of every 100,000 deaths among Israeli men and six out of every 100,000 deaths among Israeli women.

Autor: Dan Even
Fuente: www.haaretz.com

miércoles, 13 de julio de 2011

Cuando la ficción se convierte en advertencia




¿Recuerdan el artículo No me toquen al dios garbanzo ? Fue escrito el 14 de febrero de 2006 un documento escrito en tono irónico y a la vez aportando datos contrastables con la realidad de aquel momento. El mundo entero se volvía loco a costa de la devoción a la cosa divina, especialmente si esa cosa llevaba turbante.

Pues bien, cinco años después nos sorprenden los austríacos con el siguiente titular Austria reconoce un colador de pasta como símbolo religioso...los "pastafari" ya tienen dios, faltaría más !! igualito en tonteria a cualquier dios de los que circulan por ahí y compitiendo en lo absurdo con nuestro pequeño dios garbanzo de hace cinco años.

Conclusión; Hace cinco años el mundo estaba loco o al borde de la locura, hoy cinco años después podemos constatarlo, el mundo es el psiquiátrico del universo.

Ahora vamos comprendiendo todo.

Rafael T.Perez
kolisraelorg