jueves, 6 de noviembre de 2008

El negro futuro de los EE.UU




Es el primer presidente de color, no que los de color somos nosotros que los blancos nos ponemos verdes, es el primer presidente negro en toda la historia de los EE.UU si Jefferson Davis levantara la cabeza…pero ha ganado las elecciones más costosas, más entretenidas y más divertidas de cuantas elecciones presidenciales se suceden en las democracias occidentales, aquí en Europa suelen ser bastante aburridas y la única imagen apoteósica que se suelen permitir todos los candidatos es, como mucho, la clásica de besar a un nene o la típica de verlos trasteando por un mercadillo mezclándose con el vulgo para que vean lo humanos que son.

Luego eso si, ya no se les vuelve a ver el pelo ni besando bebes llorosos y asustados, ni mezclándose con el vulgo en los mercados, solo en las tribunas de Palacio.

No obstante, para ser un buen político de masas, especialmente de aquellas más fáciles de aborregar, parece que se ha de ser un buen embustero, y un estupendo malabarista en el arte del camuflaje, así, hemos visto encumbrarse a un Obama que no solo será el primer presidente negro de la historia de los EE.UU, sino que ya es el primer presidente, nadie sabe que, si devoto musulmán en la sombra o mea pilas cristiano de cara a la galería, que ya es el primer presidente con nombre árabe, Hussein.

Que cosas, hace ocho años los americanos temieron a un presidente correoso como Al Gore con un Joseph Liberman como vicepresidente, que casualmente era judío, y eso era impensable que, de pasarle algo al presidente, quien gobernara la Nación más poderosa de la tierra pudiera ser un judío (para que luego hablen los conspiranoicos) y hoy, ocho años después plantan en la Casa Blanca, que yo pensaba que lo de Blanca era porque contenía alguna connotación racial, a un manguta de tomo y lomo, escamoteador profesional y amigo de sombríos y sospechosos individuos, entre otras muchas cosas, han plantado no tanto a un negro, que ya era hora, sino a un presunto musulmán cuya trayectoria conflictiva no la han podido borrar de la memoria histórica, pero como diría San Agustín, Roma ha hablado, la cuestión está definida, los EE.UU han votado no en el rojo y blanco de la bandera sino en el negro color de Barak Hussein Obama.

Por cierto que no debería preocuparnos el color de la piel, esto no dice nada del valor de un hombre, de un ser humano, el negro color de la piel solo es un accidente de la naturaleza, unos nacemos blancos, otros amarillos, otros olivaceos, y otros negros, pero todos somos y formamos parte de la misma familia de hombres y mujeres libres en un mundo en el que no deberían existir las tiranías.

No, no es el color negro de la piel lo que debe preocuparnos o molestarnos, sino el color negro del alma del hombre, ese si es peligroso. ¿Tiene Obama el alma tan negrita como su piel? esperemos que no, de lo contrario además de un monumental engaño, anunciado, se transformará en una pesadilla para el mundo entero, especialmente para Israel.

Pues como escribía Amos Oz en Contra el Fanatismo: “La esencia del fanático reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar. En esa tendencia tan común de mejorar al vecino, de enmendar a la esposa, de hacer ingeniero al niño o de enderezar al hermano en vez de dejarles ser.
El fanático es una criatura de lo más generosa, es el gran altruista. A menudo, está más interesado en los demás que en sí mismo. Quiere salvar tu alma, redimirte. Liberarte de tu fe o de tu carencia de fe, quiere mejorar tus hábitos alimenticios, lograr que dejes de beber o de votar.
El fanático se desvive por uno. Una de dos: o nos echa los brazos al cuello porque nos quiere de verdad o se nos lanza a la yugular si el damos a entender que no queremos cambiar. De una forma u otra, el fanático está más interesado en el otro que en sí mismo, por la sencilla razón de que tiene un sí mismo bastante exiguo
”.

Los conspiranoicos del lado penumbroso, no del sombrío absoluto, ven en Obama el cumplimiento de una de las profecías más angustiosas de San Malaquías, ha llegado el tan temido Papa negro, el auspiciador del fin de la humanidad, el “anticristo”, que con Benedicto XVI a la cabeza, cual cocos, se nos van a comer a todos.

Francamente, cocos lo que se dice cocos, sospecho que lo son, más, los alocados y asilvestrados amigos de la izquierda europea, y sus adorados, píos y descerebrados tamboriles del islam psicópata, eso son cocos de verdad, por suerte tienen los días contados, no gracias al presidente electo Obama, que, seguramente, con el famoso slogan de “Yes we can” lo va a arreglar todo.

Yes, we can, si si, pero we can… ¿cómo de cuánto we can estamos hablando? amigos, veo el futuro de los EE.UU y del resto del mundo, muy negro.

Rafael T.Perez
06 Noviembre 2008
Kolisraelorg.net

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