sábado, 7 de febrero de 2009

¿Qué significa "desproporcionada"?




El País - España

Ante un conflicto, la opinión se divide entre los incondicionales, queya han decidido quién tiene y quién no tiene razón, y loscircunspectos, que consideran ésta o aquella acción como oportuna oinoportuna en función de las circunstancias, sin perjuicio de mantenercierta reserva hasta estar más informados.
En Oriente Próximo no se lucha sólo para hacer respetar unas reglasdel juego, sino para establecerlasEl enfrentamiento en Gaza, por sangriento y terrible que sea, dejaasomar, sin embargo, una luz de esperanza que las imágenes dramáticasmuchas veces ocultan.

Por primera vez en el conflicto de OrientePróximo, el fanatismo de los incondicionales parece minoritario. El debate entre los israelíes (¿es el momento?, ¿hasta dónde?, ¿hasta cuándo?) se desarrolla como es habitual en una democracia. Lo sorprendente es que hay un debate similar a micrófono abierto entrelos palestinos y sus partidarios, hasta el punto de que, inclusodespués de que comenzaran las operaciones israelíes de castigo, Mahmud Abbas, jefe de la Autoridad Palestina, tuvo el valor de achacar a Hamás la responsabilidad inicial del sufrimiento de la población civil en Gaza, por haber roto la tregua.

Por desgracia, las reacciones de la opinión pública mundial medios de comunicación, diplomáticos, autoridades morales y políticas parecen ir con retraso respecto a la evolución de los directamente afectados. Es obligatorio destacar la palabra que triunfa y cimenta un tercer tipo de incondicionalidad, que condena urbi et orbi la actuación de Jerusalén por considerarla "desproporcionada".
A las imágenes de Gaza bajo las bombas se añade, por consenso universal e inmediato, el subtítulo de que Israel actúa de manera desproporcionada.

A veces, los reportajes y comentarios añaden palabras como "matanzas" y "guerra total". Afortunadamente, hasta ahora se ha evitado el vocablo"genocidio".

¿Será tal vez que el recuerdo del "genocidio de Yenín" (60 muertos), repetido machaconamente y después olvidado, paraliza el exceso deexcesos? No obstante, la avalancha de opiniones se rige por la condena incondicional, a priori, de la desmesura judía.
Consultemos el primer diccionario a mano: desproporcionado es lo que está fuera de proporción, bien porque la proporción no existe, bien porque se ha roto, se ha transgredido. Esta segunda acepción es la quese utiliza para fustigar las represalias israelíes, que se consideran excesivas, incongruentes, discordantes, que superan los límites y las normas.
El sobrentendido es quizá que existe un estado normal en elconflicto entre Israel y Hamás y que el belicismo de Tsahal (el Ejército israelí) lo desequilibra, como si el conflicto no fuera -como todo conflicto serio- desproporcionado desde su propio origen.

¿Cuál es la proporción justa que hay que respetar para que Israel cuente con unas opiniones favorables? ¿Que el Ejército israelí no utilice su superioridad técnica y se limite a emplear las mismas armas que Hamás, es decir, la guerra de los imprecisos misiles Grad, las piedras, la estrategia de los atentados suicidas a discreción, las bombas humanas y la selección deliberada de las poblaciones civiles como objetivos? O, mejor aún, ¿convendría que Israel espere pacientemente a que Hamás, gracias a Irán y Siria, "equilibre" su potencia de fuego?

A no ser que se trate de equilibrar no sólo los medios militares, sino los fines que se persiguen. Ya que Hamás -en contra de la Autoridad Palestina- se obstina en no reconocer el derecho de existir del Estado judío y sueña con la aniquilación de Israel, ¿querríamos que Israel imite ese radicalismo y proceda a una gigantesca limpieza étnica? ¿De verdad queremos que Israel refleje "de forma proporcional" los deseos exterminadores de Hamás?

Cuando ahondamos en los sobrentendidos del reproche biempensante sobrela "reacción desproporcionada", descubrimos que Pascal tiene razón yque "quien quiere pasar por ángel, se vuelve una bestia". Todos los conflictos, ya estén latentes o en ebullición, son por naturaleza "desproporcionados".
Si los adversarios llegaran a un acuerdo sobre eluso de sus medios y los fines que reivindican, dejarían de ser adversarios. Donde hay un conflicto, hay una falta de entendimiento, por lo que cada bando se esfuerza en utilizar sus ventajas y explotarlas debilidades del contrario.

Tsahal no renuncia a ello y "se aprovecha" de su superioridad técnica para escoger sus objetivos. Y Hamás tampoco, porque utiliza a la población de Gaza como escudos humanos sin tener en cuenta los escrúpulos morales ni las obligaciones diplomáticas de su adversario.

Para trabajar a favor de la paz en Oriente Próximo, es necesario huir de las tentaciones de la incondicionalidad, que persiguen no sólo a los fanáticos dispuestos a todo, sino también a las almas angélicas que sueñan con una sacrosanta "proporción" que equilibre de manera providencial los conflictos asesinos.

En Oriente Próximo, no se lucha sólo para hacer respetar unas reglas del juego, sino para establecerlas. Está bien debatir libremente sobre la oportunidad de ésta o aquella iniciativa militar o diplomática, pero sin considerar que el problema está resuelto de antemano por la mano invisible de la buena conciencia mundial.

Querer sobrevivir no esdesproporcionado.

André Glucksmann

André Glucksmann es filósofo francés.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

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